La UE busca suavizar la prohibición de vender coches nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035
La Unión Europea anunciará este martes medidas para flexibilizar la prohibición de vender coches nuevos de gasolina o diésel a partir de 2035, en un intento de apoyar a los fabricantes europeos en dificultades.
Esta medida emblemática del gran Pacto Verde Europeo fue adoptada durante el primer mandato de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea, en el marco del compromiso europeo de alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en 2050.
Sin embargo, la UE, ante la competencia de China y las tensiones comerciales con Estados Unidos, ha aplazado o recortado en los últimos meses varias medidas medioambientales, en un giro a favor de las empresas.
La industria automovilística europea está "en peligro de muerte", advirtió en marzo el vicepresidente de la Comisión Europea, Stéphane Séjourné, quien presentará en Estrasburgo medidas de apoyo al sector junto con otros miembros del Ejecutivo europeo.
La caída de las ventas lastra a los fabricantes europeos, mientras que rivales chinos como BYD disparan sus cuotas de mercado con modelos eléctricos a precios competitivos.
La Comisión y los Estados miembros han negociado intensamente en las últimas semanas las medidas que se anunciarán el martes.
A la espera de los detalles, el eurodiputado alemán Manfred Weber, líder del PPE, confirmó que la Comisión fijará a los fabricantes un nuevo objetivo, reducir un 90% las emisiones de CO₂ de sus flotas para 2035.
La medida responde a la demanda de países como Alemania, Italia o Polonia, que defienden la llamada "neutralidad tecnológica", es decir, el mantenimiento de los motores térmicos después de 2035.
Estos países proponen diversas tecnologías que permitirían reducir de forma significativa las emisiones de CO₂, como híbridos enchufables, vehículos eléctricos equipados con extensores de autonomía, e incluso biocarburantes o combustibles sintéticos.
- Vehículos profesionales más verdes -
Según Manfred Weber, al mostrar flexibilidad, la UE tiene la oportunidad de "luchar contra el populismo".
Por el contrario, Francia y España instan a la UE a desviarse lo menos posible del objetivo de 2035.
A su juicio, dar marcha atrás en la prohibición de los vehículos con motor térmico socavaría las cuantiosas inversiones de los fabricantes para pasarse a los vehículos 100% eléctricos.
También podría asfixiar al sector europeo de las baterías para coches eléctricos, en plena expansión.
La Comisión tiene previsto anunciar el martes, además de la revisión del objetivo de 2035, nuevas medidas para apoyar a este sector incipiente y un plan para hacer que las flotas profesionales sean más "ecológicas".
También quiere fomentar el desarrollo de pequeños vehículos eléctricos con precios "asequibles", un proyecto anunciado en septiembre por Ursula von der Leyen "para no dejar que China y otros conquisten este mercado".
"Nuestras demandas no son deseos opcionales, son exigencias esenciales para mantener la rentabilidad del sector, preservar el empleo, financiar la descarbonización y seguir siendo competitivos frente a una competencia mundial feroz", dijo Sigrid de Vries, directora de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Por el contrario, la oenegé medioambiental T&E advierte que ralentizar la electrificación del sector constituiría "un error estratégico" que ampliaría aún más el retraso de los europeos frente a la competencia asiática.
"Si los fabricantes obtienen concesiones, espero que al menos dejen de contaminar el debate" en torno a los vehículos eléctricos, declaró su director, William Todts.
(U.Gruber--BBZ)