Berliner Boersenzeitung - EE.UU.: ¿Ataque a Maduro?

EUR -
AED 4.273873
AFN 76.929105
ALL 96.379067
AMD 444.029165
ANG 2.083178
AOA 1067.159907
ARS 1669.272238
AUD 1.756871
AWG 2.097662
AZN 1.979007
BAM 1.953746
BBD 2.344035
BDT 142.270396
BGN 1.955457
BHD 0.438721
BIF 3450.522479
BMD 1.163751
BND 1.509219
BOB 8.070548
BRL 6.320677
BSD 1.163776
BTN 104.758292
BWP 15.482786
BYN 3.365775
BYR 22809.524649
BZD 2.340649
CAD 1.612779
CDF 2597.492788
CHF 0.939101
CLF 0.027377
CLP 1074.002511
CNY 8.229703
CNH 8.229217
COP 4447.857307
CRC 568.302402
CUC 1.163751
CUP 30.839408
CVE 110.730605
CZK 24.29028
DJF 206.822123
DKK 7.468604
DOP 74.771025
DZD 151.366954
EGP 55.248856
ERN 17.456269
ETB 180.916335
FJD 2.643812
FKP 0.872848
GBP 0.873441
GEL 3.136298
GGP 0.872848
GHS 13.336175
GIP 0.872848
GMD 85.546628
GNF 10111.253446
GTQ 8.914626
GYD 243.48501
HKD 9.054869
HNL 30.651768
HRK 7.533312
HTG 152.379765
HUF 384.868819
IDR 19409.043474
ILS 3.752108
IMP 0.872848
INR 104.908859
IQD 1524.596811
IRR 49023.021981
ISK 148.913831
JEP 0.872848
JMD 186.573808
JOD 0.825087
JPY 181.472459
KES 150.414828
KGS 101.769946
KHR 4661.987879
KMF 491.10353
KPW 1047.375979
KRW 1710.377003
KWD 0.357377
KYD 0.969884
KZT 594.694649
LAK 25239.567778
LBP 104218.856453
LKR 359.122365
LRD 205.414879
LSL 19.76172
LTL 3.436255
LVL 0.703942
LYD 6.32435
MAD 10.750995
MDL 19.732335
MGA 5189.56521
MKD 61.575251
MMK 2443.911415
MNT 4128.95989
MOP 9.326693
MRU 46.412195
MUR 53.672293
MVR 17.922294
MWK 2018.086552
MXN 21.261474
MYR 4.786468
MZN 74.375604
NAD 19.76172
NGN 1687.974768
NIO 42.824967
NOK 11.789138
NPR 167.613466
NZD 2.01475
OMR 0.447463
PAB 1.163781
PEN 3.914684
PGK 4.938807
PHP 68.853362
PKR 328.919325
PLN 4.23787
PYG 8003.583833
QAR 4.242039
RON 5.08815
RSD 117.38526
RUB 89.084365
RWF 1693.31939
SAR 4.367717
SBD 9.578362
SCR 16.246878
SDG 699.998259
SEK 10.94081
SGD 1.510321
SHP 0.873115
SLE 27.58248
SLL 24403.279831
SOS 663.904724
SRD 44.989458
STD 24087.301428
STN 24.474264
SVC 10.183292
SYP 12867.40098
SZL 19.756225
THB 37.123534
TJS 10.677872
TMT 4.084767
TND 3.418505
TOP 2.802034
TRY 49.539023
TTD 7.884743
TWD 36.277034
TZS 2851.190884
UAH 49.062908
UGX 4117.670065
USD 1.163751
UYU 45.462194
UZS 13954.326331
VES 299.789534
VND 30676.48315
VUV 141.795037
WST 3.245248
XAF 655.270765
XAG 0.020015
XAU 0.000278
XCD 3.145096
XCG 2.097494
XDR 0.81481
XOF 655.267953
XPF 119.331742
YER 277.613186
ZAR 19.828029
ZMK 10475.158382
ZMW 26.912815
ZWL 374.72743

EE.UU.: ¿Ataque a Maduro?




El súbito incremento de activos navales estadounidenses en el Caribe y la respuesta militar de Caracas han devuelto a la primera línea una pregunta que muchos en la región habían archivado: ¿cómo sería una “Operación Venezuela” contra Nicolás Maduro? Más allá de la retórica, los movimientos recientes sugieren un esquema de coerción militar calibrada —centrado en antinarcóticos y presión político-judicial— que busca evitar una invasión clásica y, al mismo tiempo, elevar el costo de permanencia del chavismo en el poder.

El marco estratégico y legal
Washington mantiene desde 2020 acusaciones penales contra Maduro y altos cargos venezolanos por narcoterrorismo y corrupción, mientras que el andamiaje de sanciones financieras y energéticas fue reconfigurado en 2024 tras el incumplimiento de compromisos electorales. El resultado de las presidenciales de 2024 —que Caracas dio por victorioso a Maduro y la oposición denunció como fraudulento— dejó a Venezuela en una crisis de legitimidad sostenida y a Estados Unidos con incentivos para combinar presión diplomática, económica y operativa.

Qué busca EE.UU. con la presencia naval
El despliegue naval cumple varios objetivos simultáneos: (1) reforzar operaciones de interdicción contra carteles y rutas marítimas de cocaína que usan el Caribe; (2) aumentar la vigilancia y disuasión cerca del territorio venezolano; (3) disponer de una capacidad creíble de ataque de precisión de largo alcance si fuera necesario; y (4) enviar un mensaje a socios y rivales —desde Guyana hasta Irán y Rusia— de que el entorno estratégico del Caribe importa a la seguridad de EE.UU.

Capacidades de Caracas y factores de riesgo
Venezuela conserva defensas antiaéreas y una arquitectura de seguridad apoyada por asesoría de aliados extrahemisféricos. El gobierno moviliza milicias y unidades en la frontera con Colombia, mientras prioriza control territorial y supervivencia del liderazgo. En el vecindario, Brasil defiende la no intervención y la estabilidad de fronteras; Colombia busca contener derrames transfronterizos; y Guyana observa con preocupación cualquier movimiento que afecte la disputa del Esequibo. Todo ello convierte cualquier operación en un ejercicio de precisión política además de militar.

Cómo podría verse una “Operación Venezuela” (probable guion en fases)
Fase 0 — Modelado del terreno. Incremento de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) marítimo-aéreo; ciber-operaciones para penetrar redes de mando y comunicaciones; cooperación judicial para reforzar casos de extradición y congelamiento de activos.

Fase 1 — Cerco marítimo y presión antinarcóticos. Ampliación de interdicciones y “zonas de seguridad” en rutas críticas, con inspecciones a embarcaciones sospechosas, afectando ingresos ilícitos de redes ligadas al poder. Esta fase evidencia la narrativa pública de lucha contra el narcotráfico y limita escalada inmediata.

Fase 2 — Golpes de precisión limitados (si hubiera detonante). En un escenario de agresión o amenaza inminente, empleo de misiles de crucero y munición guiada para suprimir radares, pistas y nodos C2 específicos, evitando daño colateral y sin ocupación de terreno. Objetivo: degradar la capacidad de coerción del régimen y su aparato represivo.

Fase 3 — Acciones especiales y policiales. Operaciones puntuales —propias o en cooperación— para detener a individuos con acusaciones federales, desarticular células de tráfico y obtener información estratégica. El énfasis estaría en “capturar, no ocupar”.

Fase 4 — Contención y canales humanitarios. Establecimiento de corredores para asistencia, apoyo a terceros países receptores de desplazados y coordinación con organismos internacionales. Se buscaría condicionar un proceso político verificable a cambio de alivio gradual de sanciones.

Lo que probablemente NO veremos
Una invasión anfibia a gran escala o un cambio de régimen por ocupación militar directa luce improbable por coste político, riesgo regional y rechazo doméstico e internacional. Tampoco es verosímil un bloqueo total que afecte de forma indiscriminada a la población. La lógica dominante es la de “máxima presión selectiva”, con palancas militares, judiciales y financieras sincronizadas.

Efectos colaterales y líneas rojas
Cualquier escalada podría perturbar mercados energéticos, tensar la seguridad en el arco Guayana-Caribe y abrir espacio a actores extrahemisféricos. La presencia de redes ilícitas transnacionales —incluidas organizaciones designadas como terroristas— y proveedores externos de drones, inteligencia o entrenamiento, aumenta la volatilidad. Las capitales regionales han subrayado que el respeto a fronteras y la no intervención son condiciones para acompañar salidas negociadas.

La vía de salida
El desenlace menos costoso pasa por garantías verificables: calendario electoral creíble, observación internacional robusta, liberación de presos políticos y pasos humanitarios irreversibles; a cambio, alivio escalonado de sanciones y normalización económica. La acumulación de medios militares cerca de Venezuela no anticipa una guerra inevitable, sino que busca hacer creíble la amenaza de consecuencias si el statu quo se endurece.