Berliner Boersenzeitung - EE.UU.: ¿Ataque a Maduro?

EUR -
AED 4.278799
AFN 77.332466
ALL 96.575617
AMD 445.1876
ANG 2.085576
AOA 1068.388216
ARS 1684.735918
AUD 1.75613
AWG 2.09862
AZN 1.984015
BAM 1.955298
BBD 2.351906
BDT 142.873314
BGN 1.955951
BHD 0.439244
BIF 3450.13256
BMD 1.165091
BND 1.512264
BOB 8.068928
BRL 6.18139
BSD 1.167705
BTN 104.895516
BWP 15.51395
BYN 3.380546
BYR 22835.780461
BZD 2.348507
CAD 1.624445
CDF 2598.152383
CHF 0.935795
CLF 0.027249
CLP 1068.972737
CNY 8.239114
CNH 8.235468
COP 4423.838268
CRC 572.550529
CUC 1.165091
CUP 30.874907
CVE 110.236695
CZK 24.215228
DJF 207.947498
DKK 7.468599
DOP 74.200629
DZD 151.573688
EGP 55.422094
ERN 17.476363
ETB 182.080866
FJD 2.631882
FKP 0.872491
GBP 0.87341
GEL 3.139877
GGP 0.872491
GHS 13.301585
GIP 0.872491
GMD 85.051785
GNF 10146.786517
GTQ 8.944742
GYD 244.307269
HKD 9.07004
HNL 30.745973
HRK 7.537941
HTG 152.955977
HUF 381.927241
IDR 19422.821609
ILS 3.76036
IMP 0.872491
INR 104.791181
IQD 1529.71378
IRR 49079.451231
ISK 149.003201
JEP 0.872491
JMD 187.141145
JOD 0.82607
JPY 180.711448
KES 150.704566
KGS 101.886647
KHR 4676.939601
KMF 491.66861
KPW 1048.573823
KRW 1715.887947
KWD 0.35759
KYD 0.973154
KZT 590.220982
LAK 25331.604319
LBP 104570.198293
LKR 360.448994
LRD 206.107962
LSL 19.822595
LTL 3.44021
LVL 0.704752
LYD 6.347397
MAD 10.774234
MDL 19.862985
MGA 5193.64414
MKD 61.624177
MMK 2446.620372
MNT 4131.997126
MOP 9.362236
MRU 46.266921
MUR 53.675364
MVR 17.954132
MWK 2024.871384
MXN 21.185039
MYR 4.789718
MZN 74.447687
NAD 19.822595
NGN 1690.547045
NIO 42.970442
NOK 11.774198
NPR 167.831186
NZD 2.017279
OMR 0.448002
PAB 1.1678
PEN 3.926892
PGK 4.952877
PHP 68.813177
PKR 329.883811
PLN 4.230421
PYG 8097.955442
QAR 4.268104
RON 5.093784
RSD 117.405001
RUB 89.428762
RWF 1699.056442
SAR 4.372624
SBD 9.581501
SCR 15.83572
SDG 700.739077
SEK 10.962357
SGD 1.508886
SHP 0.87412
SLE 26.796781
SLL 24431.370198
SOS 666.226074
SRD 45.023191
STD 24115.028075
STN 24.494657
SVC 10.21742
SYP 12883.858981
SZL 19.816827
THB 37.09708
TJS 10.731491
TMT 4.077818
TND 3.427635
TOP 2.805259
TRY 49.532165
TTD 7.917001
TWD 36.455959
TZS 2842.8212
UAH 49.235746
UGX 4139.936989
USD 1.165091
UYU 45.74845
UZS 13910.428222
VES 289.625154
VND 30711.794538
VUV 142.222766
WST 3.250779
XAF 655.7858
XAG 0.020016
XAU 0.000276
XCD 3.148716
XCG 2.104569
XDR 0.815587
XOF 655.791427
XPF 119.331742
YER 277.75676
ZAR 19.715959
ZMK 10487.212054
ZMW 26.828226
ZWL 375.158775

EE.UU.: ¿Ataque a Maduro?




El súbito incremento de activos navales estadounidenses en el Caribe y la respuesta militar de Caracas han devuelto a la primera línea una pregunta que muchos en la región habían archivado: ¿cómo sería una “Operación Venezuela” contra Nicolás Maduro? Más allá de la retórica, los movimientos recientes sugieren un esquema de coerción militar calibrada —centrado en antinarcóticos y presión político-judicial— que busca evitar una invasión clásica y, al mismo tiempo, elevar el costo de permanencia del chavismo en el poder.

El marco estratégico y legal
Washington mantiene desde 2020 acusaciones penales contra Maduro y altos cargos venezolanos por narcoterrorismo y corrupción, mientras que el andamiaje de sanciones financieras y energéticas fue reconfigurado en 2024 tras el incumplimiento de compromisos electorales. El resultado de las presidenciales de 2024 —que Caracas dio por victorioso a Maduro y la oposición denunció como fraudulento— dejó a Venezuela en una crisis de legitimidad sostenida y a Estados Unidos con incentivos para combinar presión diplomática, económica y operativa.

Qué busca EE.UU. con la presencia naval
El despliegue naval cumple varios objetivos simultáneos: (1) reforzar operaciones de interdicción contra carteles y rutas marítimas de cocaína que usan el Caribe; (2) aumentar la vigilancia y disuasión cerca del territorio venezolano; (3) disponer de una capacidad creíble de ataque de precisión de largo alcance si fuera necesario; y (4) enviar un mensaje a socios y rivales —desde Guyana hasta Irán y Rusia— de que el entorno estratégico del Caribe importa a la seguridad de EE.UU.

Capacidades de Caracas y factores de riesgo
Venezuela conserva defensas antiaéreas y una arquitectura de seguridad apoyada por asesoría de aliados extrahemisféricos. El gobierno moviliza milicias y unidades en la frontera con Colombia, mientras prioriza control territorial y supervivencia del liderazgo. En el vecindario, Brasil defiende la no intervención y la estabilidad de fronteras; Colombia busca contener derrames transfronterizos; y Guyana observa con preocupación cualquier movimiento que afecte la disputa del Esequibo. Todo ello convierte cualquier operación en un ejercicio de precisión política además de militar.

Cómo podría verse una “Operación Venezuela” (probable guion en fases)
Fase 0 — Modelado del terreno. Incremento de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) marítimo-aéreo; ciber-operaciones para penetrar redes de mando y comunicaciones; cooperación judicial para reforzar casos de extradición y congelamiento de activos.

Fase 1 — Cerco marítimo y presión antinarcóticos. Ampliación de interdicciones y “zonas de seguridad” en rutas críticas, con inspecciones a embarcaciones sospechosas, afectando ingresos ilícitos de redes ligadas al poder. Esta fase evidencia la narrativa pública de lucha contra el narcotráfico y limita escalada inmediata.

Fase 2 — Golpes de precisión limitados (si hubiera detonante). En un escenario de agresión o amenaza inminente, empleo de misiles de crucero y munición guiada para suprimir radares, pistas y nodos C2 específicos, evitando daño colateral y sin ocupación de terreno. Objetivo: degradar la capacidad de coerción del régimen y su aparato represivo.

Fase 3 — Acciones especiales y policiales. Operaciones puntuales —propias o en cooperación— para detener a individuos con acusaciones federales, desarticular células de tráfico y obtener información estratégica. El énfasis estaría en “capturar, no ocupar”.

Fase 4 — Contención y canales humanitarios. Establecimiento de corredores para asistencia, apoyo a terceros países receptores de desplazados y coordinación con organismos internacionales. Se buscaría condicionar un proceso político verificable a cambio de alivio gradual de sanciones.

Lo que probablemente NO veremos
Una invasión anfibia a gran escala o un cambio de régimen por ocupación militar directa luce improbable por coste político, riesgo regional y rechazo doméstico e internacional. Tampoco es verosímil un bloqueo total que afecte de forma indiscriminada a la población. La lógica dominante es la de “máxima presión selectiva”, con palancas militares, judiciales y financieras sincronizadas.

Efectos colaterales y líneas rojas
Cualquier escalada podría perturbar mercados energéticos, tensar la seguridad en el arco Guayana-Caribe y abrir espacio a actores extrahemisféricos. La presencia de redes ilícitas transnacionales —incluidas organizaciones designadas como terroristas— y proveedores externos de drones, inteligencia o entrenamiento, aumenta la volatilidad. Las capitales regionales han subrayado que el respeto a fronteras y la no intervención son condiciones para acompañar salidas negociadas.

La vía de salida
El desenlace menos costoso pasa por garantías verificables: calendario electoral creíble, observación internacional robusta, liberación de presos políticos y pasos humanitarios irreversibles; a cambio, alivio escalonado de sanciones y normalización económica. La acumulación de medios militares cerca de Venezuela no anticipa una guerra inevitable, sino que busca hacer creíble la amenaza de consecuencias si el statu quo se endurece.