Berliner Boersenzeitung - Poder del 'Canal' ártico ruso

EUR -
AED 4.275912
AFN 76.945742
ALL 96.507033
AMD 443.502545
ANG 2.084172
AOA 1067.669546
ARS 1669.615862
AUD 1.754156
AWG 2.095752
AZN 1.979584
BAM 1.95493
BBD 2.344656
BDT 142.426589
BGN 1.95493
BHD 0.438905
BIF 3439.568645
BMD 1.164307
BND 1.508029
BOB 8.044418
BRL 6.33336
BSD 1.164082
BTN 104.665401
BWP 15.466114
BYN 3.34681
BYR 22820.40996
BZD 2.341258
CAD 1.610277
CDF 2598.732168
CHF 0.936687
CLF 0.027361
CLP 1073.35122
CNY 8.231765
CNH 8.230635
COP 4422.730924
CRC 568.646829
CUC 1.164307
CUP 30.854126
CVE 110.21593
CZK 24.208254
DJF 207.297707
DKK 7.468805
DOP 74.506828
DZD 151.014766
EGP 55.297703
ERN 17.464599
ETB 180.565709
FJD 2.631857
FKP 0.872874
GBP 0.873789
GEL 3.137823
GGP 0.872874
GHS 13.242104
GIP 0.872874
GMD 84.994444
GNF 10115.496406
GTQ 8.91703
GYD 243.551567
HKD 9.063324
HNL 30.660349
HRK 7.534581
HTG 152.392152
HUF 381.731319
IDR 19431.753727
ILS 3.767358
IMP 0.872874
INR 104.724139
IQD 1525.021034
IRR 49031.867707
ISK 149.007685
JEP 0.872874
JMD 186.327044
JOD 0.825436
JPY 180.689329
KES 150.582958
KGS 101.819216
KHR 4660.924876
KMF 491.33727
KPW 1047.875385
KRW 1715.96691
KWD 0.357407
KYD 0.970168
KZT 588.717893
LAK 25243.761042
LBP 104246.887486
LKR 359.070136
LRD 204.88878
LSL 19.729516
LTL 3.437895
LVL 0.704277
LYD 6.328183
MAD 10.751913
MDL 19.807182
MGA 5192.688126
MKD 61.612569
MMK 2444.575233
MNT 4130.230657
MOP 9.335044
MRU 46.422332
MUR 53.640008
MVR 17.932029
MWK 2018.601284
MXN 21.162059
MYR 4.786443
MZN 74.410886
NAD 19.729516
NGN 1688.338127
NIO 42.840926
NOK 11.772625
NPR 167.464442
NZD 2.014838
OMR 0.446781
PAB 1.164182
PEN 3.913058
PGK 4.939801
PHP 68.653379
PKR 326.360799
PLN 4.229232
PYG 8006.435397
QAR 4.243211
RON 5.091044
RSD 117.347755
RUB 89.441675
RWF 1693.745915
SAR 4.36976
SBD 9.582933
SCR 15.771732
SDG 700.335953
SEK 10.943923
SGD 1.508534
SHP 0.873532
SLE 27.599807
SLL 24414.925724
SOS 664.104329
SRD 44.975958
STD 24098.796527
STN 24.489097
SVC 10.186465
SYP 12873.549183
SZL 19.714223
THB 37.112262
TJS 10.680845
TMT 4.086716
TND 3.41488
TOP 2.803371
TRY 49.55243
TTD 7.891487
TWD 36.43004
TZS 2840.6353
UAH 48.871442
UGX 4118.166521
USD 1.164307
UYU 45.529729
UZS 13926.799548
VES 296.376506
VND 30691.122782
VUV 141.301541
WST 3.246799
XAF 655.665087
XAG 0.019914
XAU 0.000277
XCD 3.146597
XCG 2.098066
XDR 0.815437
XOF 655.665087
XPF 119.331742
YER 277.745094
ZAR 19.719145
ZMK 10480.15708
ZMW 26.914017
ZWL 374.90626

Poder del 'Canal' ártico ruso




usia no está excavando un canal al estilo de Suez en el Océano Ártico. Lo que está construyendo —y ya opera— es algo distinto: un corredor marítimo cada vez más instrumentalizado por el Estado, sostenido por puertos nuevos, canales de acceso dragados en bahías polares, satélites meteorológicos y la mayor flota de rompehielos del planeta. Ese ensamblaje, conocido como Ruta Marítima del Norte, es el verdadero “canal” ártico que Moscú pretende convertir en eje comercial y geopolítico hacia Asia.

Un récord que redefine expectativas. En 2024, el tráfico total a lo largo de la ruta alcanzó 37,9 millones de toneladas, la mayor cifra registrada hasta la fecha. La carga en tránsito —buques que cruzan de oeste a este o viceversa sin recalar en puertos intermedios— superó los 3 millones de toneladas y batió su propia marca anual. Aunque estas magnitudes siguen muy lejos de las del canal de Suez, son suficientes para consolidar el Ártico ruso como corredor energético y, en temporada, de carga general. En paralelo, este septiembre un operador chino anunció el primer servicio regular de contenedores China–Europa vía Ártico, con escalas previstas en el Reino Unido y puertos del continente; el trayecto promete recortar casi a la mitad los tiempos de tránsito en campaña estival.

Infraestructura: del granito a la escala industrial. El poder de esta ruta no reside en una zanja continua, sino en obras puntiagudas y costosas:

Canales de acceso dragados en el golfo del Obi permiten la llegada de metaneros y buques de gran calado a Sabetta, y otros accesos semejantes se habilitan para nuevos terminales en la península de Taimyr. Estas actuaciones, de decenas de kilómetros y más de 15 metros de profundidad en algunos tramos, son “los canales” reales del Ártico ruso.

En el extremo occidental, el Centro de Transporte de Murmansk incorporó en marzo el terminal de carbón de Lavna, ideado para elevar la capacidad regional y servir de rótula ferroviaria‑marítima.

La constelación Arktika‑M (lanzamientos en 2021 y 2023) mejora los pronósticos de hielo y meteorología, cruciales para planificar ventanas de navegación y escoltas.

Sobre todo, Moscú acelera la renovación de rompehielos nucleares: están en servicio Arktika, Sibir, Ural y Yakutia (todos del proyecto 22220); Chukotka se les unirá a mediados de 2026 y el mega‑rompehielos Rossiya (proyecto 10510, clase “Líder”) apunta a entrar en operación hacia 2030. Esta flota, única en su clase, es la que convierte las bahías y estrechos helados en una vía practicable durante más meses y —selectivamente— en invierno.

Energía y comercio: el giro hacia Asia. El objetivo inmediato de Rusia es desplazar volúmenes energéticos hacia mercados asiáticos sin depender de rutas que bordean Europa. El proyecto Arctic LNG 2, sancionado por Occidente, reanudó operaciones a baja cadencia en la primavera y, desde finales de agosto, ha conseguido entregar cargamentos en China pese a las restricciones, encadenando nuevas descargas en septiembre. En crudo, los tránsitos de oeste a este ganan peso, con cargamentos desde el Ártico ruso y el Báltico orientados a puertos chinos. La temporada 2025 también ha visto más solicitudes de paso de navieras extranjeras, en su mayoría asiáticas, atraídas por tarifas competitivas en campaña y por la posibilidad de esquivar cuellos de botella en el Canal de Suez o el Cabo de Buena Esperanza.

La promesa y sus límites. Rusia proclamó hace años una meta de 80 millones de toneladas al año para mediados de la década. La realidad —menos de la mitad— sugiere que el “poder” del corredor aún depende de palancas por afinar:

Ventana de hielo y seguridad. El Ártico se calienta casi cuatro veces más rápido que el promedio global; 2025 marcó un mínimo histórico de hielo invernal. El retroceso del hielo facilita campañas más largas, pero también vuelve la meteorología más errática y los riesgos operativos más complejos.

Regulación y costes. La ruta está bajo régimen ruso: permisos, prácticos y, en la mayor parte del año, escolta de rompehielos. Para buques y, sobre todo, para buques de Estado (incluida la Armada), Moscú exige notificaciones anticipadas y puede suspender tránsitos por motivos de seguridad.

Ambiental y reputacional. Desde julio de 2024 rige la prohibición de usar o transportar fuelóleo pesado en aguas árticas, con exenciones transitorias, lo que obliga a combustibles alternativos y a protocolos nuevos de respuesta en caso de vertidos. ONG y expertos advierten, además, del auge de una “flota sombra” de petroleros viejos con estándares de seguro y seguimiento más laxos.

Economía de red. Las grandes navieras de contenedor, dependientes de escalas hub y fiabilidad total del calendario, se muestran cautelosas: sin puertos intermedios de gran capacidad y con incertidumbre climática, el Ártico sigue siendo un nicho estacional, por ahora. Aun así, los nuevos servicios chinos prueban que el nicho puede ensancharse.

La apuesta estatal: del “corredor” al poder de palanca. El Kremlin no oculta su ambición: triplicar la capacidad de Murmansk, atraer inversión del Sur Global mediante concesiones y extender el concepto de “Gran Ruta Marítima del Norte”, que conecte San Petersburgo y Kaliningrado con Vladivostok a través de un mosaico de puertos, ferrocarriles y terminales árticos. La hoja de ruta incluye más rompehielos, remolcadores de alta mar, centros SAR y ayudas a la navegación. Si esa capa logística se completa y el hielo sigue cediendo, el “canal” ártico —no una zanja continua, sino un sistema— otorgará a Rusia una palanca estructural: controlar tiempos y costes de parte del comercio energético euroasiático y condicionar, con escoltas y permisos, quién cruza, cuándo y a qué precio.

Qué mirar a partir de ahora. Tres señales medirán el verdadero salto de poder:
(1) que los rompehielos en cartera se entreguen en plazo y la navegación invernal se estabilice sin incidentes serios;
(2) que terminales clave —Lavna, Sever Bay y los de Gydán/Yamal— muevan volúmenes cercanos a diseño pese a sanciones y restricciones de flota; y
(3) que los servicios de contenedores de nuevo cuño pasen de campañas piloto a líneas estacionales regulares, con garantías de seguro e infraestructuras de rescate robustas. Si esas tres piezas encajan, el “canal” del Ártico se parecerá menos a una promesa y más a un instrumento de poder tangible.