Berliner Boersenzeitung - Japón: Crisis y Relevo

EUR -
AED 4.280203
AFN 77.000073
ALL 96.57559
AMD 443.823316
ANG 2.086262
AOA 1068.739166
ARS 1671.282351
AUD 1.755774
AWG 2.097853
AZN 1.98038
BAM 1.956318
BBD 2.346322
BDT 142.527767
BGN 1.954785
BHD 0.439375
BIF 3442.01206
BMD 1.165474
BND 1.5091
BOB 8.050133
BRL 6.360338
BSD 1.164909
BTN 104.741102
BWP 15.477101
BYN 3.349173
BYR 22843.286986
BZD 2.342911
CAD 1.610941
CDF 2601.337209
CHF 0.937187
CLF 0.027427
CLP 1075.962229
CNY 8.240016
CNH 8.238437
COP 4478.461378
CRC 569.050786
CUC 1.165474
CUP 30.885056
CVE 110.295172
CZK 24.239177
DJF 207.444969
DKK 7.468665
DOP 74.559757
DZD 151.547804
EGP 55.36114
ERN 17.482107
ETB 180.69398
FJD 2.630941
FKP 0.873749
GBP 0.874746
GEL 3.140953
GGP 0.873749
GHS 13.251455
GIP 0.873749
GMD 85.079658
GNF 10122.638857
GTQ 8.923479
GYD 243.723536
HKD 9.068365
HNL 30.68213
HRK 7.537128
HTG 152.500409
HUF 382.475294
IDR 19452.9819
ILS 3.756907
IMP 0.873749
INR 105.10185
IQD 1526.097836
IRR 49081.01224
ISK 148.982371
JEP 0.873749
JMD 186.459408
JOD 0.826376
JPY 181.18333
KES 150.637314
KGS 101.920781
KHR 4664.235923
KMF 491.829497
KPW 1048.92586
KRW 1710.636421
KWD 0.357768
KYD 0.970853
KZT 589.13358
LAK 25261.585409
LBP 104320.495171
LKR 359.323672
LRD 205.036969
LSL 19.743447
LTL 3.441342
LVL 0.704984
LYD 6.332678
MAD 10.759551
MDL 19.821167
MGA 5196.37693
MKD 61.591075
MMK 2447.025873
MNT 4134.371135
MOP 9.341635
MRU 46.45531
MUR 53.751762
MVR 17.95086
MWK 2020.035266
MXN 21.197224
MYR 4.795336
MZN 74.485711
NAD 19.743447
NGN 1690.751905
NIO 42.871176
NOK 11.786181
NPR 167.583406
NZD 2.015885
OMR 0.448105
PAB 1.165009
PEN 3.915838
PGK 4.943289
PHP 68.783904
PKR 326.59264
PLN 4.230548
PYG 8012.123043
QAR 4.24628
RON 5.089639
RSD 117.393521
RUB 89.601892
RWF 1694.949126
SAR 4.375093
SBD 9.59254
SCR 15.753107
SDG 701.037435
SEK 10.947267
SGD 1.511124
SHP 0.874407
SLE 27.621604
SLL 24439.401222
SOS 664.576099
SRD 45.02106
STD 24122.955112
STN 24.506389
SVC 10.193657
SYP 12886.454671
SZL 19.728228
THB 37.129082
TJS 10.68857
TMT 4.090813
TND 3.41735
TOP 2.806181
TRY 49.586523
TTD 7.897872
TWD 36.329569
TZS 2855.410928
UAH 48.906159
UGX 4121.074317
USD 1.165474
UYU 45.56266
UZS 13936.752734
VES 296.673618
VND 30723.638259
VUV 141.443193
WST 3.250054
XAF 656.130861
XAG 0.019942
XAU 0.000277
XCD 3.149751
XCG 2.099547
XDR 0.816016
XOF 656.130861
XPF 119.331742
YER 278.023491
ZAR 19.796503
ZMK 10490.655378
ZMW 26.933137
ZWL 375.282096

Japón: Crisis y Relevo




La dimisión del primer ministro Shigeru Ishiba tras una cadena de reveses electorales ha abierto un periodo de transición política en la cuarta economía del mundo. El relevo llega en un momento delicado: la inflación persiste por encima del objetivo, los rendimientos de la deuda pública suben, el banco central reduce sus compras de bonos y la volatilidad de los mercados globales —acentuada este año por nuevas oleadas arancelarias— mantiene la presión sobre el yen y las bolsas. El resultado es un cóctel que ha derrumbado el liderazgo del Gobierno y que, por sus múltiples canales de contagio, inquieta al resto del mundo.

Cómo se gestó la crisis
El trasfondo es doble. En el frente interno, el encarecimiento del coste de la vida ha erosionado el apoyo social. La inflación subyacente en la capital —indicador adelantado clave— se mantiene alrededor del 2,5%, y la lectura nacional más reciente también sigue por encima de la meta del 2%. Aunque no se trata de tasas descontroladas, sí son persistentemente elevadas para estándares japoneses y golpean al consumo, especialmente cuando los salarios no compensan por completo la subida de precios.

En el frente financiero, Japón ha abandonado gradualmente el régimen de estímulos extraordinarios de la última década. El banco central mantiene la tasa de referencia alrededor del 0,5% y ha trazado un calendario, ya en marcha, para reducir de forma previsible sus compras mensuales de deuda pública (JGB). Esa normalización, imprescindible para devolver mayor disciplina al mercado de bonos, ha coincidido con una subida de rendimientos: el tramo a dos años ha tocado niveles no vistos desde la crisis financiera global, el diez años se ha movido en torno a máximos de ciclo, y la parte más larga de la curva ha registrado tensiones históricas.

La presión sobre los tramos largos ha llevado al Ministerio de Finanzas a modificar la composición de la oferta de deuda, recortando la emisión de bonos superlargos y desplazando parte del peso hacia vencimientos más cortos. El objetivo es aliviar cuellos de botella de liquidez, estabilizar la curva y anclar las expectativas de financiación del Tesoro, clave en un país con una deuda pública cercana al 235% del PIB.

Un sistema más frágil de lo que parece
Japón es, a la vez, acreedor y deudor. Sus hogares y aseguradoras acumulan enormes carteras de activos internacionales, y buena parte de la intermediación global se apalanca históricamente en el yen como moneda de financiación barata (el famoso “carry trade”). Cuando suben los tipos en Japón o el yen se fortalece de forma brusca, los operadores se ven forzados a cerrar posiciones: venden activos en todo el mundo para cubrir pérdidas o reducir riesgo. Eso explica por qué los sobresaltos japoneses rara vez se quedan dentro de sus fronteras.

A esta dinámica se ha sumado en 2025 un factor exógeno: la escalada arancelaria global iniciada en abril por Washington, con tarifas generalizadas y adicionales por país y sector. El golpe a las cadenas comerciales y a la visibilidad de beneficios corporativos desencadenó ventas masivas en renta variable y fuertes oscilaciones en divisas, materias primas y bonos. Para Japón, con su exposición exportadora y su ya exigente aritmética fiscal, el shock comercial ha multiplicado la incertidumbre.

Política en transición, mercados en vilo
La política y los mercados rara vez se mueven en compartimentos estancos. Las derrotas electorales del partido gobernante y la posterior renuncia del primer ministro han reabierto el debate sobre la orientación fiscal y monetaria. Entre los aspirantes a sucederle conviven visiones divergentes: desde perfiles proclives a impulsar el gasto y contener subidas de tipos hasta otros partidarios de preservar la senda de normalización y disciplina. Los inversores, sensibles al riesgo de “dominancia fiscal” en un país tan endeudado, penalizan cualquier señal de giro que complique la estabilización de precios o de la deuda.

En el mientras tanto, el banco central insiste en avanzar con prudencia: mantener la tasa a corto plazo en torno al 0,5%, reducir compras de JGB con un plan anunciado y actuar con flexibilidad si la subida de rendimientos amenaza la estabilidad de mercado. El Ministerio de Finanzas, por su parte, afina la gestión de la curva para reforzar la liquidez. El gabinete en funciones intenta, además, contener el coste de la vida con medidas puntuales locales (desde tarifas públicas a apoyos selectivos) que, aunque alivian, no sustituyen reformas estructurales.

Canales de contagio global
El riesgo no es una crisis bancaria clásica —la solvencia del sistema sigue siendo alta y la financiación está dominada por ahorro doméstico—, sino una combinación de volatilidad prolongada y ajustes de carteras sincronizados que transmiten shocks por varios canales:

1) Carry trade y divisas: un yen más fuerte obliga a deshacer posiciones financiadas en Japón en acciones y bonos de otros países, amplificando ventas globales.

2) Curva JGB y primas de riesgo: subidas en los tramos largos japoneses elevan el “piso” de tipos globales, especialmente cuando coinciden con ventas de Treasuries.

3) Repatriación y aseguradoras: si las aseguradoras y fondos de pensiones japoneses ven mayores rendimientos domésticos, pueden reducir su demanda de activos extranjeros, presionando los diferenciales fuera de Japón.

4) Comercio y beneficios: la nueva oleada arancelaria encarece importaciones y altera cadenas de suministro, golpeando a fabricantes asiáticos y europeos interconectados con Japón.

Qué mirar en las próximas semanas
1) La sucesión política y cualquier guía fiscal: si el nuevo liderazgo prioriza estímulos por encima de la consolidación, la presión sobre los tramos largos podría intensificarse.

2) La reunión del banco central y sus proyecciones: cualquier matiz sobre salarios, inflación subyacente y ritmo de reducción de compras de JGB será determinante.

3) Evolución del yen: una apreciación rápida sería señal de cierres de carry trade y de nuevas ventas globales de riesgo; una depreciación sostenida, de tensiones en la balanza energética.

4) Datos de inflación y salarios: el equilibrio entre acuerdos salariales y moderación de precios definirá si la inflación se asienta cerca del 2% o se “calienta” otra vez.

5) Aranceles y contra-medidas: más medidas comerciales o acuerdos parciales moverán expectativas de crecimiento y márgenes empresariales de medio mundo.

Conclusión
Japón se enfrenta a una prueba de madurez institucional y de credibilidad macroeconómica: gestionar un relevo político ordenado, normalizar la política monetaria sin fracturas y reconducir la deuda en un contexto de inflación persistente y fragmentación comercial. No es un apocalipsis, pero sí una crisis compleja que, de manejarse mal, puede exportar inestabilidad. De manejarse bien, puede sentar las bases de un ciclo más sano para Japón y reducir uno de los focos de riesgo sistémico que hoy vigilan los mercados.